domingo, 10 de junio de 2012

Revive una planta congelada de hace 30.000 años


Un equipo de investigadores rusos ha revivido una planta con flores fértiles a partir de tejidos de un fruto de 30.000 años de antigüedad enterrados en el hielo siberiano.

El permafrost -una capa de hielo de varios cientos de metros de profundidad y que cubre casi el 20% de la superficie de la Tierra- alberga restos de una gran cantidad de microorganismos viables, muchos de los cuales han sido revividos por los investigadores.

Hasta hace poco, sin embargo, no se habían encontrado en esos depósitos restos viables de plantas con flores. David Gilichinsky y sus colegas del Instituto de Problemas Biológicos en Moscú desenterraron del permafrost los frutos y semillas de unas plantas herbáceas, Silene stenophylla, que florecían en el Pleistoceno

Los frutos se encontraban en las madrigeras de una especie de ardilla ártica, en un banco del río Kolyma en el noreste de Siberia. Los sedimentos, conservados a una profundidad de 38 metros, a temperaturas bajo cero, tenían unos 30.000 años, según el análisis de datación por radiocarbono realizado por los autores.

Al parecer, las plantas se congelaron rápidamente y se conservaron intactas. Y ahora, a través del cultivo de tejidos y micropropagación, los autores han conseguido regenerar las plantas fértiles, que florecieron un año más tarde en macetas de laboratorio.

Según los autores, los sedimentos del permafrost podrían representar una fuente rica de especies de plantas silvestres y la reserva de genes antiguos que siempre se creyeron extinguidos.

AXN: El nuevo código genético

Somos lo que somos, genéricamente como especie y individualmente como especímenes, gracias a la información genética que se va transfiriendo de generación en generación. Este código es el que nos agrupa con otros individuos de parecidas características y, al mismo tiempo, lo que nos diferencia de ellos.
Toda esta información se almacena y se transfiere a partir de dos moléculas, el ADN y el ARN. El ADN está presente en todas las células y contiene la información genética de todos los seres vivos y es responsable de tansmisión hereditaria.
Está formado por un grupo de azúcar (la desoxirribosa), una base nitrogenada y un grupo de fosfato. Su estructura es la de un polímero formado por muchas unidades simples unidas (como las cuentas de un collar). El hilo que los une es el fosfato y lo que diferencia a cada cuenta es la base nitrogenada. Para que esta información pueda ser utilizada, debe de copiarse en otros nucleótidos, llamados ARN.
Hasta ahora se pensaba que erán las únicas moléculas capaces de realizar este proceso de transmisión genética, pero un equipo de investigadores del Medical Research Council Laboratory of Molecular Biology de Cambridge (Reino Unido) ha conseguido crear seis polímeros sintéticos que pueden almacenar y transportar información. Es decir, en términos generales, transmitir vida.
La revista Science da cuenta de una investigación que abre puertas a una nueva era, la de la genética sintética, que puede revolucionar el mundo de la biotecnologia y de la medicina.
El AXN, que es como han denominado a este tipo de nucleótidos sintético, mantiene la estructura normal del ADN, pero han sustituido los grupos de azúcares originales por otros de tipo compuesto, que son capaces de replicarse, evolucionar y almacenar la información biológica. Es decir, que trabajan del mismo modo que lo hace el ADN.
Este descubrimiento pone en tela de juicio muchas de las creencias actuales, como que la vida tenga que basarse exclusivamente en el ADN y el ARN. La naturaleza ha podido o puede crear vida basada en otros parámetros, del mismo modo que estos científicos lo han conseguido en el laboratorio.
“Nuestro descubrimiento implica que no existe ningún imperativo por el que la vida se tenga que basar en el ADN y el ARN. Lo más probable es que su presencia no sea más que el reflejo congelado de un accidente que se produjo en el origen de la vida”, afirma uno de los coordinadores de este estudio.

Lucy: La antecesora del hombre


El célebre fósil homínido Australopithecus afarensis, que los paleontólogos bautizaron "Lucy", descubierto en 1974, caminaba erguido.

Investigadores británicos utilizaron un modelo robótico para analizar las huellas de Lucy y poder averiguar su forma de andar. Este demostró que caminaba de manera similar a la de los seres humanos. Estos resultados contradicen la hipótesis de que el andar de Lucy, hace 3,2 millones de años, era como el de un chimpancé.

"Había una gran controversia sobre si esas huellas mostraban un patrón humano. Y parece que así era", dijo el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.

El Australopithecus afarensis fue encontrado en 1974, en Hadar, en el norte de Etiopía, por un equipo comandado por el paleoantropólogo estadounidense Donald Johanson. Esta región es ocupada por la tribu Afar; de ahí el nombre de la especie.

Los primeros restos de Australopithecus afarensis que se encontraron fueron los de la mundialmente conocida "Lucy", llamada así debido a la canción de The Beatles "Lucy in the sky with diamonds", que era escuchada en el momento de la excavación.

La especie resultó ser bastante antigua, datándose entre 3,5 y 2,8 millones de años antes del presente, siendo en ese momento la especie más antigua conocida antecesora del hombre.

El hallazgo de Lucy, uno de los esqueletos más completos encontrados (pertenecientes a un espécimen), se vio reforzado posteriormente por un grupo de más piezas, incluyendo cráneos, de la misma especie. Este grupo de fósiles es conocido como "La primera familia", consistente en fósiles de al menos trece individuos.


sábado, 9 de junio de 2012

Nueva vacuna contra el Alzheimer



Por primera vez una vacuna logra resultados exitosos en la prevención de la acumulación de depósitos en el cerebro que se cree causan Alzheimer. En los ensayos preliminares con humanos la vacuna demostró ser segura y no produjo efectos secundarios en los pacientes.

Aunque no se sabe con precisión qué es lo que causa Alzheimer, se cree que la enfermedad es provocada por la acumulación de una proteína -llamada beta-amiloide- que en lugar de descomponerse, como ocurre normalmente, forma placas tóxicas en el cerebro causando daño y muerte celular. Esto eventualmente provoca los problemas de memoria y otras incapacidades cognitivas.

La nueva vacuna -llamada CAD 106- mostró por primera vez que sus efectos pueden ser bien tolerados por los humanos. El fármaco actúa estimulando al sistema inmune para que desarrolle una respuesta de ataque contra la formación de la proteína amiloide en el cerebro.

La investigación, dirigida por el profesor Bengt Winblad del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer del Instituto Karolinska, en Estocolmo, involucró a 58 personas de entre 50 y 80 años. Al final del ensayo de tres años, los análisis de sangre de los participantes mostraron que 80% de los participantes que habían recibido las inyecciones de CAD 106 tenían niveles más altos de anticuerpos, los cuales los habían protegido contra la formación de placas amiloides.

Según los investigadores, 56 participantes experimentaron efectos secundarios leves, como síntomas similares a los de un resfriado o una erupción en el sitio de la inyección. Pero ninguno experimentó efectos secundarios graves vinculados al fármaco.

Una niña robot creada en Japón


Según un artículo, científicos japoneses del departamento de robótica de la Universidad de Osaka han presentado un robot que imita el aspecto de una niña de cinco años. La robot-niña, conocida como Repliee R-1, tiene piel de silicona flexible y contiene docenas de sensores y motores que le permiten moverse e interactuar con el entorno igual que un humano.

Los ojos del robot parpadean como los de verdad e incluso tiene trenzas, produciendo un efecto espeluznante que ha llevado a compararlo con el robot-niño David de la película de ciencia ficción: Inteligencia Artificial” de Steven Spielberg.
Según el equipo que ha desarrollado el Repliee R-1, se trata del robot con la apariencia externa más real que se ha construido nunca.

El Repliee R-1 ha sido diseñado para ayudar a los ancianos y discapacitados en las tareas básicas, como llevar objetos. Los científicos esperan que el aspecto humano de su robot ayude a las personas a superar sus reticencias a interactuar con una máquina.

Según los informes, en unos días la empresa de robótica Cyberdyne iniciará la producción en masa de este modelo.

Los científicos ya habían presentado una versión anterior de su robot, la Repliee Q1, en el 2005, pero esta fue criticada por parecer que tenía "espasmos" debido a fallos técnicos en el sistema. El robot Repliee Q1 tenía el aspecto de una mujer japonesa joven.

En aquel momento, el Prof. Hiroshi Ishiguro, de la Universidad de Osaka predijo que pronto los robots tendrían un aspecto tan humano que podrían engañar a los humanos y hacerles creer que son reales.

"Un androide podría mantener esta situación durante un período corto de tiempo, de unos 5-10 segundos. No obstante, si elegimos cuidadosamente la situación, se podría alargar [el engaño] quizá hasta 10 minutos", señaló.

"Y lo que es más importante: hemos observado que la gente olvida que es un androide mientras interactúa con ella. Conscientemente, es fácil ver que es un androide, pero inconscientemente, reaccionamos ante el androide como si se tratara de una mujer".

viernes, 8 de junio de 2012

La existencia de un nuevo planeta: Kepler-22B


En marzo de 2009, la NASA lanzó el satélite Kepler con la misión de buscar planetas extrasolares de tamaño y condiciones similares a la Tierra. La misión finalizaba en diciembre de 2011, arrojando una conclusión de lo más interesante: el satélite encontró un planeta similar a la Tierra, Kepler 22-B.

Kepler 22-B está situado a unos 600 años luz de la Tierra, tiene 2,4 veces el tamaño de nuestro planeta, posee una temperatura ambiental de 22 ºC y, según los científicos de la NASA, es el primer planeta conocido que podría ser idéntico al nuestro. Aunque el anuncio haga volar nuestra imaginación y, prácticamente, nos haga pensar en una nueva colonia, los científicos aún no pueden afirmar si el planeta está compuesto mayoritariamente por rocas, agua o gases.

Este exoplaneta es uno de los 54 planetas que fueron identificados en febrero como posibles planetas similares a la Tierra, con la particularidad que, gracias a otros telescopios, se ha podido confirmar esta hipótesis con Kepler 22-B. Es decir, que aún queda un buen grupo de planetas por confirmar que ha quedado reducido a 48 al ajustar los umbrales de definición de “zonas habitables”. De hecho, en estos casi dos años y medio de misión, el telescopio espacial Kepler ha detectado 2326 objetos candidatos de los cuales 207 son de un tamaño similar al de la Tierra.